Los espacios abiertos y el calor húmedo hacen aquí estragos; los pozos están casi vacíos (el invierno fue poco lluvioso). No cabe duda de que han pasado por aquí. Se han contactado conmigo por este medio, pero las cosas no son en las películas, no son tan rápidas ni tenemos que andar escapando a cada centímetro de ellos. Aún no nos localizan. ¿Cómo van a saber ellos donde estamos si ni siquiera nosotros sabemos? Usted entenderá. Su última carta me pareció un poco vaga, pero al fin y al cabo usted es un hombre buscado por la ley y conoce nuestra situación. ¿Lo han oblogado a hablar? Sé muy bien que esa perrita faldera continúa tras sus pasos para ver si se cruza conmigo antes que lo hagan los chilenos. Sé también que Kye anda en busca de su madre y que ellos saben donde vive. Kye sabe todos nuestros pasos. Sucede que ahora nos hemos desviado y mucho. Todo ha sido imprevisto. Por eso, necesito información: me ha llegado un mensaje de ese tal informante y usted me habla de todos menos de él, aunque se lo pedí expresamente. ¿Quién es? ¿Cuánto sabe? ¿Para quién trabaja? ¿Quiénes son esas mujeres que han estado interviniendo en la historia? ¿saben o no saben dónde estamos? Supongo que eso es lo importante.
¿Si acaso sé con quién camino al lado? Claro. Todos nos tomamos esto muy en serio. También sabe muy bien que este viaje se comenzó para evitar todo este realismo.
miércoles, diciembre 14, 2005
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